sábado, 2 de agosto de 2014

Del 30 al 30 (Día 2)

Me quedan unas horas para completar el día dos dentro de lo que sería legalmente correcto. Pude haber hecho esto hace mucho, pero he logrado dejarlo TODO para última hora. Cuando pongo el todo en mayúsculas me refiero a todo lo que me hubiera gustado hacer hace mucho tiempo. Trabajos, desarrollar habilidades nuevas, ponerme en forma, superar a ya sabemos quien... En lugar de eso he estado perdiendo la mayoría del tiempo y ahora este proyecto es lo único que decidí hacer de manera incondicional.

Siempre he dicho que lo más difícil es empezar, dar ese primer paso que te saque de la rutina, pues bien, este es el primer paso de mis primeros pasos. Sería mi primera pequeña meta cumplida. He abusado de mi suerte toda la vida y ahora es el momento en el que empieza a patearme en la cara . Sin darme cuenta me quedé atrás, en todo. Yo que siempre estuve en la cabeza me resagué y me costará mucho alcanzarlos.

Siendo más condescendientes, estaba en la cabeza pero ¿De qué? No sé si sea por el estilo de vida al que me acostumbré, pero no me basta con tener lo que todos quisieran, siempre quiero más. Cuando algo deja de darme nuevas experiencias no sirve y así fue con mi vida pasada. Tuve la atención y la admiración de todos, pero ¿Para qué? Al final solo había una cosa que me importaba de verdad y en cuanto se acabó, no había ya nada que me atara al "éxito".

El presente me da una buena perspectiva, pero no es muy acogedor en si mismo. Algo así como ver el horizonte parado en una torre de puntillas, no es un lugar que te apetece llamar "hogar" pero, vamos, al menos ya sabes para donde vas. Somos raros los seres humanos. Venimos en tantas formas, somos tan diferentes y estamos todo el tiempo clasificándonos los unos a los otros. Abusamos de palabras como "imbécil", porque queremos sonar despectivos, queremos hacer daño, cuando las palabras que deberíamos usa varían mucho: Promiscuo, vago, asocial, desconsiderado, egoísta, mentiroso... un largo etcétera. Todo porque no podemos tolerar lo que el otro dice, o porque el otro no puede tolerarnos. ¿Yo?, Estoy tratado de ponerme más seguido en los zapatos de los demás, tratando de perdonar. ¿Olvidar?, eso ya es una historia diferente.

Hoy tuve un ataque de flashbacks en clase de coro. Menos mal era una canción triste, la entonación salió natural. Es raro, en mis recuerdos estaba muy feliz, pero cuando los revivo saben a nostalgia en el corazón y a piel en la boca.

Estoy más atrás de lo que puedo percibir.