domingo, 22 de febrero de 2015

Ser Ateo

Siempre me imaginé que haría esta entrada con un ánimo más impetuoso. Que hablaría sobre porque no hay razón para un dios y como la religión es prescindible. Pero no, no soy esa clase de persona, no creo que atacar las creencias de otros le haga bien a alguien, si hiciera algo así solo estaría demostrando inseguridad, como si tuviese un afán de demostrar que todos están equivocados. Como si tuviese alguna intención o esperanza de cambiar la forma de pensar de quienes lean un escrito de tantos que se terminarán perdiendo en este, mi blog. He conocido muchos creyentes a lo largo de mi vida, para ser más precisos, la cantidad de personas que no creen las cuento con los dedos de las manos. En su mayoría son buenas personas y puedo asegurar que las personas más importantes en mi vida tienen al menos una creencia de una "ser superior". Frases del estilo "Creo en Dios pero no creo en la iglesia" son las que más suelo encontrar, así mismo encuentro verdaderos creyentes, para los que la religión consiste en una parte importante de su vida. Para bien o para mal estas personas no llegan a plantearse lo que para un Ateo representa el pan de cada día en el tema de religión, planteamiento que espero exponer hoy.

Ser Ateo es aceptar que estas solo. No lo digo como algo malo en todo el sentido de la palabra, yo soy una persona que ha aprendido a manejar la soledad y que llega a disfrutarla mucho más de lo que llegaría a disfrutar una vida en sociedad continua. Pero la soledad a la que quiero hacer referencia es absoluta, una soledad y un abandono que hace que nos sintamos perdidos al principio, no hay un destino ni una razón para estar aquí, simplemente estamos. Es esa soledad que se convierte en un peso tremendo cuando hay un ser querido en lecho de muerte y vemos como todos juntan sus manos en oración. Oración que, pase lo que pase al final, es una herramienta que tienen los humanos para librarse de la sensación de impotencia. Nosotros no, nosotros estamos solos y hay quien dice que no hay Ateo en su lecho de muerte, que la visión inminente del final nos hace ver la luz, la verdad, si fuera tan fácil cambiar los ideales de las personas este sería un mundo muy distinto. No elegimos la soledad porque sea fácil, lo hacemos porque elegimos una verdad amarga por sobre una mentira dulce y por más cómoda que sea la historia, si no hay algo que nos convenza, simplemente no podremos creerla.

Ser Ateo es que te vean como un niño hasta el final de tus días. "Eso es una etapa" escucharás todo el tiempo, como si no hubieses pasado por todo un proceso de pensamiento y estuvieses siguiendo una moda juvenil. Es ver como ridiculizan y descartan lo que piensas sin siquiera darle una oportunidad o consideración. Es tener que aguantar esas miradas de preocupación y consternación, aguantar con una sonrisa cuando tratan de hacerte entender que tu alma está en riesgo, que solo quieren ayudarte y lo pero de todo, es verdad, ellos solo quieren ayudarte, no es como si pudieses enojarte con ellos por querer hacer lo que les han enseñado que es lo correcto. Pero siempre resultará doloroso encontrar la otra clase de creyentes, los que te miran como si no fueras persona, como si el demonio hubiese entrado a tu cuerpo y tú fueras su herramienta para esparcir la palabra del falso pastor, como si no fueras un ser humano.

Ser Ateo es vivir a punto de pisar una mina todos los días. Ya dije que las personas más importantes de mi vida son creyentes y no quiero ser una molestia en sus vidas, estando hablando de como es que ellos están mal y deberían empezar a pensar y a comportarme como las personas que recién mencioné en el párrafo anterior. Pero creo que es aquí cuando las entiendo un poco, para ellas es muy importante la existencia de un dios, para mi lo es su no existencia, porque me veo tan rodeado su cultura que es como un bombardeo, uno muy silencioso pero constante.Es por esta importancia infundada que cuando veo a un amigo, una familiar o incluso un profesor al que le tengo mucho respeto, demostrar su fe, aunque mi lado más lógico me dice que tienen todo su derecho, el lado más orgulloso y molesto de mi me hace querer saltar y decirle "¡Estás mal!, ¿ Cómo es que alguien tan inteligente puede creer esas cosas?", pero luego me escucho y me doy cuenta de lo imbécil que suena, de lo arrogante que suena y me quedo callado, evito el conflicto y herir a los que me rodean, no voy a iniciar una batalla que nunca terminará.

Sobre todo, ser Ateo es aceptar que eres humano. Ser Ateo es entender que no importa lo que te digan, una vida entera es un suspiro de la humanidad, nuestros actos son significativos en la inmediatez, pero se disipan en la infinidad del espacio y el tiempo. Ser Ateo es vivir una vida plena sabiendo que en el momento en que el cuerpo expire no hay nada que se quede contigo, vivir buscando una felicidad que nadie te asegura y que tienes que forjar con cada buena decisión. Ser ateo es ser 100% responsable de todos tus actos, no es el no tener con quien saldar cuentas, es más bien todo lo contrario, no hay quien nos vigile, pero tampoco hay quien nos perdone y nos absuelva de nuestros "pecados", somos libres de equivocarnos, pero somos nosotros y solo nosotros los que podemos y tenemos que hacer algo si la cagamos. Ser ateo es saber que no tienes todas las respuestas y que posiblemente nunca las tendrás, pero nunca dejar que eso te detenga de seguir buscando la verdad.

Como dije, no espero transformar la mentalidad de nadie, si alguien es feliz siendo como es ¿Quién soy yo para cambiarlo para que se una a una minoría tan odiada como lo es el Ateísmo? Solo espero haber esclarecido los detalles más básicos de lo que es vivir en una sociedad en la que se está en desacuerdo con un gran porcentaje de la población y así poder mejorar un poco el trato entre todos, porque, por encima de todo lo anterior, ser Ateo es querer y disfrutar de la vida dentro de la diversidad que esta nos ofrece, porque solo hay una y siempre hay algo nuevo que aprender.

miércoles, 11 de febrero de 2015

El borrador

No suelo borrar una entrada una vez está terminada. Es más, la única vez que lo hice fue para evitar problemas legales con un concurso que me terminó valiendo pito, por lo que la publiqué otra vez (la entrada era "neurosis"). Usualmente sigo la filosofía de que cada entrada es una representación fiel de mi estado mental en un momento específico de la vida, no voy a avergonzarme de mi pasado, porque cada pequeña humillación me ha acercado a lo que soy ahora, por más infantil y mal redactada que pueda parecerme una entrada no la borro, porque es un recordatorio de lo infantil e ignorante que fui y lo mucho que he progresado. Pero hace tiempo que tengo en el blog una entrada terminada en estado de "borrador". La entrada en cuestión fue publicada por un breve periodo de tiempo, pero pronto me di cuenta de que era un escrito que pertenecía más al cuaderno que al blog. El cuaderno es un lugar donde escribo todas las cosas que hasta a mi yo del pasado le darían vergüenza. El cuaderno es algo que solo yo he leído y espero que se quede así. Es un buen ejercicio tomarlo una vez cada 4 o 6 meses y revisar el desarrollo de mi persona, pero cuando se habla de cosas tan personales de manera tan abierta lo mejor resulta hacerlo solo, nadie sería capaz de reaccionar bien ante tanta sinceridad.

El escrito en si (el borrador que tengo en el blog en este momento) es muy honesto. Era la representación clara de lo que siento, pero no de lo que pienso, más bien, no de lo que intento pensar. Ojalá pudiera extenderme,pero ando en una llamada de skype mientras hago un trabajo y no dispongo de mucho tiempo entre semana para dedicarle tiempo a mi blog. Siempre que me acuesto me digo que debería darle algo de cariño , porque al fin y al cabo, es el proyecto más longevo que tengo y abandonarlo por demasiado tiempo me hace sentir incómodo, es como cuando dejo de mascar chicle por mucho tiempo, de un momento a otro me urge (Me parece increíble que a estas alturas y con todo lo que he probado el chicle siga siendo mi verdadero vicio).

El escrito estuvo colgado mucho más de lo que yo hubiera querido, pero ya no puedo hacer nada respecto a eso. Mis prioridades en este momento son mi salud mental y mi carrera, en ese orden, y no puedo dejar que una idea tonta, recurrente e imposible me afecte en alguno de estos aspectos. Seré firme y disfrutaré de la vida que me he forjado, es verdad que no he tenido motivos para sentirme muy bien últimamente, pero esperar que el día siguiente sea mejor es solo una excusa perezosa para no hacer algo al respecto. Seguiré trabajando , más que antes y mejor. Las cosas están funcionando. En cuando al escrito, lo dejaré por ahí, no creo volver a leerlo , pero tampoco me cuesta nada tenerlo por ahí.