No suelo borrar una entrada una vez está terminada. Es más, la única vez que lo hice fue para evitar problemas legales con un concurso que me terminó valiendo pito, por lo que la publiqué otra vez (la entrada era "neurosis"). Usualmente sigo la filosofía de que cada entrada es una representación fiel de mi estado mental en un momento específico de la vida, no voy a avergonzarme de mi pasado, porque cada pequeña humillación me ha acercado a lo que soy ahora, por más infantil y mal redactada que pueda parecerme una entrada no la borro, porque es un recordatorio de lo infantil e ignorante que fui y lo mucho que he progresado. Pero hace tiempo que tengo en el blog una entrada terminada en estado de "borrador". La entrada en cuestión fue publicada por un breve periodo de tiempo, pero pronto me di cuenta de que era un escrito que pertenecía más al cuaderno que al blog. El cuaderno es un lugar donde escribo todas las cosas que hasta a mi yo del pasado le darían vergüenza. El cuaderno es algo que solo yo he leído y espero que se quede así. Es un buen ejercicio tomarlo una vez cada 4 o 6 meses y revisar el desarrollo de mi persona, pero cuando se habla de cosas tan personales de manera tan abierta lo mejor resulta hacerlo solo, nadie sería capaz de reaccionar bien ante tanta sinceridad.
El escrito en si (el borrador que tengo en el blog en este momento) es muy honesto. Era la representación clara de lo que siento, pero no de lo que pienso, más bien, no de lo que intento pensar. Ojalá pudiera extenderme,pero ando en una llamada de skype mientras hago un trabajo y no dispongo de mucho tiempo entre semana para dedicarle tiempo a mi blog. Siempre que me acuesto me digo que debería darle algo de cariño , porque al fin y al cabo, es el proyecto más longevo que tengo y abandonarlo por demasiado tiempo me hace sentir incómodo, es como cuando dejo de mascar chicle por mucho tiempo, de un momento a otro me urge (Me parece increíble que a estas alturas y con todo lo que he probado el chicle siga siendo mi verdadero vicio).
El escrito estuvo colgado mucho más de lo que yo hubiera querido, pero ya no puedo hacer nada respecto a eso. Mis prioridades en este momento son mi salud mental y mi carrera, en ese orden, y no puedo dejar que una idea tonta, recurrente e imposible me afecte en alguno de estos aspectos. Seré firme y disfrutaré de la vida que me he forjado, es verdad que no he tenido motivos para sentirme muy bien últimamente, pero esperar que el día siguiente sea mejor es solo una excusa perezosa para no hacer algo al respecto. Seguiré trabajando , más que antes y mejor. Las cosas están funcionando. En cuando al escrito, lo dejaré por ahí, no creo volver a leerlo , pero tampoco me cuesta nada tenerlo por ahí.