sábado, 18 de enero de 2014

Pecado inocente

Me arrojo sin remedio a la cama ,siento como las cobijas se ensartan en el recuerdo que cincelaron tus dedos en mi piel, tratando de llenar cada rincón de mi ser que aúlla la falta de ti. Inhalo el frío aire de la madrugada y le hago bajar por mi garganta, solo para encontrarse con ese nudo de palabras que no te dije, que se atascaron con besos y terminaron por entregarse a los brazos de Morfeo cuando chocaron con el arrullo de tu aliento. Recuerdo cuando me ahogaba con tus besos y sin valor para detenerte decidí respirar por cada poro de mi cuerpo , respirar nuestro sudor que se mezclaba y se perdía por entre los valles de tu cuerpo. Te recuerdo y mientras lo hago busco por los lugares por donde solían viajar tus manos, atento a encontrar algún momento perdido entre mi cuello, entre mis piernas o mi pelo.

Me arrojo sin remedio a una lágrima, maldigo al tiempo que nos mantiene atados a péndulos paralelos, sentenciados a encontrarnos por un instante solo para separarnos de nuevo. Me aferro al aire que sostengo entre mis brazos, aquel que he moldeado con caricias para simular tu silueta y antes de darme cuenta estoy contigo de nuevo. Desde fuera se ve el resplandor filtrado a través de mi sonrisa, pero pocos son los que sospechan que en realidad eres tu la que en sueños continua iluminando mi vida.