lunes, 27 de enero de 2014

Aquel raro día en el que casi olvido llorar

Asumo que es un comportamiento común el volver una y otra vez a escuchar ciertas canciones cuando se repiten las mimas situaciones en la vida. La verdad no sé ni que escribir, es como si la música dijera ya todo lo que pienso y siento. El blog es este espacio donde simplemente boto toda la basura que me podría hacer una persona que no me agrade, es mi forma de soltar algo de presión en la olla que a veces es mi cabeza, sin embargo esto no siempre es suficiente, a veces necesito que me escuchen, reposar la cabeza y soltarle a alguien un "te quiero" . Aun con todo el sueño y dolor de cabeza y corazón, el solo imaginar que puedo dedicarle algo de tiempo a quienes quiero me alivia. 

Ahí me tienen entonces, tratando de demostrar que solo soy yo y que muchas veces esto no es suficiente,  pero que incluso cuando no lo es soy capaz de vivir a gusto. Lo que no soporto es cargar las expectativas de los demás, amo lo que hago, pero no amo todo lo que tengo que hacer para llegar a donde quiero. Tal vez por eso siempre estoy sonriendo, son las sonrisas de regreso, desinteresadas, sinceras, las que me han dado más alegría últimamente. Me recuerdan a mis amigos.

Estoy llegando al punto en que la propia tristeza opaca el problema que la causó en primer lugar. Me recuerda ese día raro que me dieron ganas de acabarlo todo, pero claro , fui muy tonto y mi propio miedo me protegió. Es el mejor error que he cometido, pues lo peor que pudo haberme pasado hubiera sido el haber triunfado en quitarme la vida.

De eso hace ya mucho y no tengo ganas de dar detalles, no es el momento. Este es el momento de llorar un poco para calmar mis ánimos que siguen temblorosos. Mañana la vida sigue