lunes, 25 de julio de 2011

Ensayo sobre la locura

Si existe algo que caracterizó a Descartes fue su capacidad de siempre poner en duda todo lo que le rodeaba, desde la existencia hasta el mismo carácter bondadoso de Dios, este último fue muy posible mente omitido de sus publicaciones por el acoso de la iglesia en su época. Descartes basó sus deliberaciones en su razón y señala y critica a quienes no gozan de sus facultades mentales completas , incluso los utiliza de ejemplo para sustentar la idead de que no se encuentra soñando , puesto que él es capaz de determinar su cuerpo y entorno , se exime también diciendo que se le consideraría igualmente loco si se aplicase sus ejemplo , alejándose completamente de la idea de la locura y sentenciándola al olvido .¿ No habrá encontrado descartes en esta idea una piedrecilla en el zapato de sus reflexiones? , un hombre tan meticuloso en sus reflexiones como lo fue descartes probablemente encontró que todas sus afirmaciones se basaban en la primicia de que él no estaba loco, si esta afirmación primera fuera falsa y el mismo descartes no se encontrara en sus cabales, ¿cómo podría hacer una aseveración cualquiera un demente?

Cervantes por su parte, expone una historia peculiar, donde es un demente el que logra dar las respuestas más acertadas sobre las cuestiones más elevadas del pensamiento. El licenciado vidriera, argumenta que por su cuerpo estar hecho de vidrio su alma obraba con mayor plenitud, un argumento absolutamente invalido para el pensamiento racional y científico, pues, si bien existiese el alma, sería una sustancia o entidad astral y en nada se relaciona con el material por el que transita, mas invalida cuando a los ojos de quienes le observan, el licenciado era de carne y hueso como todo ser humano. A pesar de esto, sus respuestas eran claras e ingeniosas, es decir, con un argumento invalido sustento toda una serie de hipótesis claras y propias de un letrado y estudioso de la filosofía.

Supongamos entonces que Descartes está loco, es decir, existe una condición anormal en su cerebro que le impide crear, procesar o transmitir información correctamente, todo esto suponiendo que efectivamente tiene cuerpo y por ende cerebro, si no es capaz de razonar correctamente y basa sus teorías en la razón ¿podría tener estas teorías alguna aplicación útil
para las personas cuerdas? Mas importante aun es saber si es posible realmente estar loco , está más que comprobado que existen características desde el nacimiento que afectan el modo de pensar de las personas , su personalidad y desempeño , están todos sujetos a una aleatoriedad impredecible , el cuerdo está definido como aquel puede razonar y tiene sus facultades mentales y que está exento de las falsedades que su propia mente le podría imponer , cuando reflexionamos sobre quien podría cumplir estas características y nos comprometemos de manera meticulosa a buscar el ejemplo del hombre cuerdo , buscamos a un hombre que no tenga esos delirios que tenemos todos de sentirnos perseguidos u observados en algún momento , ni que tampoco busque innecesarios peligros sin motivo aparente sino el de estar loco y más importante , que sea capaz de diferenciar los sueños de la realidad sin dificultad alguna . Todas estas características han hecho parte de nuestro propios síntomas de locura en algún momento, entonces podemos deducir que todos estamos, en parte, locos, si esto es así ¿cómo podemos asegurar esto si estamos todos locos? , este es el gran abismo que descartes pretendía evitar , una incertidumbre absoluta de que nos es imposible conocer , algo así como si el mismo genio malvado viviera dentro de nosotros mismo , engañándonos desde el primer momento en que tenemos uso de razón .

¿En que se distinguen entonces ese grupo de personas marginadas que llamamos dementes? ,¿ Que los hace más locos a ellos que a nosotros ? si continuamos con el hilo conductor de la idea es casi espontanea la respuesta : nosotros hemos logrado establecer unas pautas de lo real , pautas que las personas cuerdas siguen y los demas estan locos , establecimos leyes cientificas irrefutables y perfectas , todo esto estando nosotros sumergidos en nuestra propia locura , descartes afirma que no podemos confiar en algo que nos ha engañado una vez , si es asi , la razon nos ha jugado malas pasadas en varias ocasiones , por ello no es de fiar y se debe dejar de lado cuando se hace reflexion. Con esto pretendo mostrar que la misma locura es en realidad el camino a descubrir la realidad, no solo el más viable, sino más bien el único.

Pensemos en la verdad como un oasis y la razón como una carreta que solo avanza en línea recta , es decir , un pensamiento lineal , que se considera el más confiable de todos, el engaño es el desierto que rodea al oasis , suponemos un punto de partida cualquiera y empieza la odisea , de todos los puntos posibles a elegir como destino , la carreta solo puede encaminarse en una dirección y desde allí solo puede retroceder y regresar sobre sus pasos ,siendo mínima la posibilidad de que elija la dirección correcta , suponemos que , casualmente , lo logra y se encamina en la dirección correcta , con el paso del tiempo las mismas ruedas de la carreta se desgastan por el terreno irregular del desierto y la línea recta se transforma en una poco pronunciada curva , indetectable para el ojo de tercera persona , pero visible para el pájaro que ve desde el cielo el rastro de nuestro errante compañero , las deformaciones del terreno desvían aún más la carreta de su destino , y el pasajero se trasforma en un huésped del desierto hasta el día de su muerte . El desgaste de la carreta es el desgaste del mismo pensamiento, provocado por esos arrebatos de la locura momentáneos que resultan ser las piedras en el camino a la verdad. Si bien es verdad que podría regresar sobre sus pasos y encaminarse desde el punto en que perdió su rumbo, eso no le impide volver a desviarse más adelante y mientras más recorra, más desgasta estará su "carreta" y está más propenso a desviarse ya sea por los mismos motivos o por nuevos que se le vayan presentando.

Ahora pensemos en la verdad como un Blanco, y la locura como el juego de dardos que tenemos a nuestra disposición, lanzamos con los ojos vendados y mareados previamente si se desea, tomamos un dardo y lo lazamos aleatoriamente en cualquier dirección, luego tomamos otro y en el momento en que demos en el blanco el sonido del impacto nos dirá el lugar al que debemos dirigir los tiros siguientes, si continuamos lanzando dardos aleatoriamente, en algún momento daremos con la verdad. El ejemplo es muy vago por sí solo, pero explica la idea básica y también propone de paso la problemática de la verdad conseguida a través de la locura, aun cuando le demos al centro del blanco, no podremos saberlo, es decir, seguiremos lanzando más dardos y puede que alguno de los nuevos dardos lanzado derribe el que ya está en el centro del blanco, dejando como prueba de nuestro hallazgo una muesca ínfima que tampoco podremos jamás ver por nuestra condición de locura. Los dardos pueden ser considerados como las deliberaciones de un loco cualquiera, estas no estaban ligadas entre sí ni tienen porque estarlo, son independientes y si se quiere completamente diferentes, cada una con una posibilidad aleatoria de ser verdadera.

Estamos entonces sometidos a la inseguridad de una camino lineal, que es casi que una ruta al olvido, o podríamos encontrar la verdad si saberlos y terminar por perderla en el camino de una búsqueda ya acabada. Si se ha seguido con detenimiento la lectura ha sido muy fácil encontrar el error de todo este razonamiento , el error es ese mismo ,es un razonamiento , es decir , utilicé la razón para determinar que estamos todos locos , pero yo con mi propia razón también tengo mi propia locura y he permitido que esta interfiera dentro del texto a su libre albedrío , por ello , es posible que haya legado a la verdad, pero de ser así no me será posible saberlo con certeza , quienes deseen respuestas 100% verídicas pueden dedicarse al acto de la terquedad y dejarse llevar por sus propias ideas de locura , donde la verdad ya ha sido encontrada , pero puede volver a hallarse en un constante descubrimiento de verdades tan ciertas como el dardo que calló al otro extremo del salón.

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