Un buen día me voy a despertar y voy a tener todo lo que ahora pido. Porque todo lo que pido está a mi alcance o simplemente lo tuve y lo dejé ir y entenderé que si lo dejé ir fue porque siempre hubo algo más importante. Ese día me encontraré en una cama, que puede que no sea la mía, con alguien con quien puede que no comparta el resto de mi vida, pero con quien habré de compartir parte de la misma, mas cuando deje de verla la olvidaré hasta que algún evento me haga reír y me la recuerde, entonces le enviaré un mensaje, le diré que la quiero y la olvidaré de nuevo, porque para bien o para mal, así es mi cariño. Cuando se vaya no me sentiré mal, porque la entenderé, y cuando encuentre un cariño constante, que la valore por la persona que es y aleje la soledad de cada uno de los días de su vida , entonces no la extrañaré ni la desearé, sino que estaré feliz por ella y seguiré con mi vida.
Ese día me sentiré bien por haber perdido el tiempo escribiendo, por esos días en los que estaba ya acostado y con la luz apagada, con solo el silencio para hacerme compañía, silencio que actuaría de musa y detonante para que me pusiese de pie, prendiese el computador y empezara a escribir. Puede que ese día me de por leer lo que he escrito y sentiré vergüenza por todo lo que sentía, me plantearé entonces borrarlo o ponerlo en una parte más privada, pero como siempre me arrepentiré y lo dejaré donde está, porque no sirve de nada ocultar el pasado, por más ridículo que sea. Aceptarlo y apreciarlo siempre es una mejor opción, pues sin él nunca hubiese llegado a donde estoy.
Más tarde, mientras como algo en una mesa cualquiera, después de una sesión de ver rostros en la calle, me acordaré de la buena fortuna que he tenido, de lo mucho que he conseguido, muchas veces con poco esfuerzo. También de lo mucho que llegué a esforzarme y de los frutos que dio eso. Hará mucho tiempo de que hubiese aceptado el fracaso, dejando mi orgullo a un lado y entendiendo que el hecho de ser diferente a los demás no transforma todo lo que haga en una declaración de superioridad ante el mundo y a todos los que me rodean en quienes me desafían con su fachada de felicidad.
Entonces será de noche, me acostaré en mi cama cansado y dormiré tranquilo. No extrañaré a nadie, no desearé vivir en un mundo diferente , ni anhelaré cambiar el pasado. Cerraré los ojos y pensaré en aquella vez en que fui lo suficientemente maduro como para darme cuenta de lo fácil que era tener un buen día.
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