Dos días en
cama, en los que solo te levantas para ir al baño me recuerdan lo afortunado
que soy de poder moverme y lo mucho que me hace falta hacerlo con regularidad.
Casi como escribir, pero eso es un tema diferente (Harina de otro costal).
Me tomó una
botella de suero, 3 caldos, 2 vomitadas, un desmayo, una alucinación y muchas horas de sueño el
poder moverme y solo sentir un ligero dolor de cuello/cabeza y un extraño
escozor en los pies. Aun así me siento muy feliz de poder regresar a mi
vieja rutina. Admito que no todo han sido buenas noticias desde que me recuperé
pero que se le hace, era de esperarse que algo así fuese la realidad.
Supongo que
estoy de regreso al principio, como siempre un poco más sabio pero también
un poco más viejo y creo que el tiempo
es algo que he dejado que se me escurra por entre los dedos, algo que he despilfarrado en cosas y personas que no
lo valían (O que no lo valen). Acabo de
gastar dos días pero era algo que no podía evitarse, al menos me he dado cuenta
que los he gastado en lugar de engañarme diciendo que todo pasa por una razón.
Admito
orgullosamente que nunca podría llegar a
escribir un libro sobre teorías del arte o participar en un debate académico,
no puedo darle muchos rodeos a las cosas y termino abordando los temas que me
importan de manera directa, para no perder tiempo, me salto algunos detalles
que luego soluciono en el camino para poder tener una respuesta lo más pronto
posible y en la mayoría de los casos ha sido el camino correcto a elegir. Cosas como atuendo
profesional, caballerosidad, modales y
patriotismo son para mi herramientas que uso con frecuencia para llegar a mi
meta, diría que no quiero sonar cínico
pero es justo así como quiero que salgan mis palabras, de una forma cínica y
censurable.
Ahora bien,
en la práctica suelo ser diferente. Cuando hablo soy dios, mi palabra tiene
poder absoluto y así me retracte lo que dije dicho está y nada podrá cambiarlo.
Mas cuando vivo tengo mucho que reprocharme, suelo hacer muchas excepciones cuando veo un
pedazo de mi reflejado en alguien más, algo humano y natural, el problema es
cuando la excepción se convierte en la regla y termino actuando más en
contra de mí mismo que cualquier otra
persona. Es curioso como tiene perfecto sentido el esforzarte tanto por ver una
sonrisa y seguir pensado que valió la pena a pesar de que solo en eso se queda.
En fin, yo
diciendo que no puedo darle rodeos a las cosas y heme aquí, tratando de evitar
el tema principal con harina de otro costal.
Lo bonito
de escribir es que puedes dejar pistas que solo se puedes ver tú, o alguien a
quien hayas prestado tus ojos por unos segundos, es una forma poética de
asegurarse que el mensaje llegue sano y salvo a quien debe, sin importar
cuantos lo lean. Pero en fin, eso es, nuevamente, harina de otro costal.