Un dato curioso sobre como funcionan mis ideas: A veces estoy imaginando una conversación y de repente alguien le da por girar la cabeza, y la gira , y la gira, y la sigue girando, y cuando me doy cuenta su cabeza está dando vueltas sobre su cuello y aunque es mi idea no puedo pararlo. Luego se transforma en una especie de enfermedad y todos los personajes empiezan a tener cabezas giratorias y siguen hablando con la mayor naturalidad, casi como burlándose del poco control que supuestamente tengo sobre mis ideas. Entonces los imagino a todos con cuellos ortopédicos para que no puedan girar la cabeza. Lo peor de todo es que funciona...
Mi problema es (Además de tener un montó de personajes con lesiones de cuello) que esta situación se ha repetido una y otra vez desde que tengo memoria. Es una corrupción más fuerte que cuando se te para una mujer con escote en frente.
Cabezas que giran.