sábado, 17 de noviembre de 2012

A veces no tienes un gran poder (Cuento)

"Yo estuve ahí y no hice nada"... él repetiría estas palabras hasta que no supiera sobre quien estaba hablando , porque esa sería la única forma en la que podría perdonarse.

Era una mañana normal para todos en esa casa , para todos excepto para el hijo mayor , esa era la mañana en la que había planeado verse con su novia  para tener sexo por primera vez. Se levantó de buen humor , ansioso pero nervioso , como cualquiera  ,no sabes que va a pasar  pero  sabes que es algo  que quieres hacer.

Se arregló de afán pero con cuidado , como no hacía casi nunca , trataba de no imagniar como sería para no darse cuenta si algo salí mal , un verdadero neófito en el tema , tanto así que ni lo sabía . Era feliz de la mejor forma que se puede ser feliz , feliz por no saber.

Abrió la puerta de su casa y miró la calle donde había vivido toda su vida , esa calle que no sería testigo de su primer fiasco amoroso. Caminó presuroso a la droguería más cercana  ¿Cuál era? ¡Ah si! , la de toda la vida  donde su madre le compraba la vitamina C  y se la daba en la boca. Se sentía todo un hombre , un hombre que va  camino a su primera vez , pero primero , condones , si , no le podían faltar , era la condición que ella había puesto.Una mujer que no es boba , siempre tienen los peores novios.

Caminaba viendo las casas y las personas de siempre ; El viejo que pasea a su gran danés famélico desde el inicio de los tiempo , los hombres de los restaurantes que preparan la comida para la hora de almuerzo desde bien temprano en la  mañana , Las amas de casa que estiran la ropa seca por la ventana. Todos ocupados en sus cosas , nadie se preocupa por lo que hacen los demás , solo él los mira pero ellos no le regresan la mirada.

Llega finalmente a la droguería hay una mujer con un cochecito por el que se asoma una babosa sonrisa tanto la mujer como él se acercan al mostrador pero ninguno quiere preguntar primero, él toma la iniciativa   y pregunta con voz gruesa "Tiene condones lubricados" creyendo que ese pequeño toque , ese "lubricados" escondería sus naturaleza de primerizo  , el tendero amablemente le pasa un marca que el muchacho desconoce y le dice "tres por nuevemil" , el muchacho le pasa el billete de diez ,recibe sus vueltas y le cede el turno a la muchacha que, al mirarla mejor, se ve bastante joven.

El muchacho ya está varias cuadras lejos de la droguería , cuando entre su dicha se cruza un pensamiento impertinente " ¿Bastará con tres?". Como es incapaz de responderse a si mismo la duda, decide regresar afanoso a la tienda , en su camino ve una vez más a las amas de casa , al hombre viejo y su gran danés  , a los trabajadores de los restaurantes y la sonrisa babosa , pero ya no en un cochecito ,sino en brazos de un hombre , alto y de ceño fruncido, el hombre se aleja corriendo y de fondo se escuchan gritos " ¡Mi bebé ! ¡Mi bebé !" .En ese instante la mente del muchacho dejó de funcionar , solo podía mirar como pasaba el hombre de ceño fruncido con el bebé en brazos , lo vio doblar la esquina y desaparecer.

La policía hacia las mismas preguntas una y otra vez , "¿Cómo era?,¿Lo recuerda de algún lado? ¿Vio a donde se fue?" como si repetirlas cambiar la respuesta del muchacho , que ya no pensaba en su novia , pensaba en la bebe , era un niña , una bebé de 8 meses que estaba sin su madre , en la casa de un extraño , que puede hacerle lo que quiera. Pero de todas la imágenes que se quedaría en la cabeza del muchacho esa desafortunada tarde , había una en especial que lo atormentaría hasta el fin de sus días , la mirada de desesperación y llanto de la madre , esa mirada con la que se cruzó y le desgarró las entrañas y no importa que tantas veces le digan que no fue su culpa , que él no pudo haber hecho nada, la mirada de esa mujer era una condena , cadena perpetua.

"Yo estuve ahí y no hice nada" , lo siento mucho, Peter , pero...a veces no se tiene un gran poder